“Reportar resultados en términos de inversiones sociales para un período determinado destinados a cumplir con las responsabilidades sociales pautadas por una organización”
Diversas definiciones se han dado a la Responsabilidad Social Empresarial, siendo las más comunes aquellas que expresan que esta no es más que el conjunto de prácticas empresariales basadas en valores éticos y en el respeto hacia los empleados, las comunidades y el ambiente; o una forma de gestión que se define por la relación ética de la empresa con todos los públicos con los cuales ella se relaciona y por el establecimiento de metas empresariales compatibles con el desarrollo sostenible de la sociedad, preservando los recursos ambientales y culturales, respetando la diversidad y promoviendo la reducción de las desigualdades sociales.
A partir de los años 70, teniendo como marco la crisis vivida por los países industrializados, comenzaron a retomarse diferentes planteamientos sobre la responsabilidad social de las empresas, cuestionándose la ética empresarial y surgiendo nuevas actitudes y valores del empresario frente al trabajo y al impacto de la empresa en la sociedad. Se incorpora este concepto como una manera de aplicar lineamientos o políticas sociales dentro del entorno empresarial, en la búsqueda de una gerencia más humana y sensible al entorno en el que se desenvuelve; pero sin contar con algún instrumento administrativo o financiero que pueda medir las inversiones o aportes destinados a los fines sociales.
Los estados financieros generados como parte de un proceso contable destinado a informar los resultados económicos de un período y como respuesta a las disposiciones legales gubernamentales e impositivas que rigen la operatividad de cada empresa; no representan el patrón de medida exacto para medir y evaluar el cumplimiento de los objetivos económicos y sociales de una organización con sentido de responsabilidad social.
Surge entonces la necesidad de un Balance Social como instrumento que permita reportar resultados en términos de inversiones sociales llevadas a cabo para un período determinado, a fin de comunicar e informar a accionistas, empleados y a toda la sociedad la aplicación de recursos destinados a cumplir con las responsabilidades sociales pautadas por la organización.
El Balance Social es definido como el estado que refleja información numérica la cual muestra la situación en que se encuentra la organización en todo lo relacionado con el tema social y nace como respuesta a la necesidad que tienen las empresas bajo este nuevo entorno de responsabilidad social, de llevar un tipo de contabilidad diferente a la contabilidad financiera, y generar reportes específicos para medir y evaluar el origen y destino de recursos aplicados en el cumplimiento de los objetivos sociales fijados por la organización para un período determinado.
Empresas públicas y privadas de diversos países han sido pioneras en el desarrollo y aplicación del tema del Balance Social, diseñando diversas herramientas de gestión para la administración y control de sus programas de inversión social, cuyos resultados son finalmente plasmados y difundidos a través de los llamados Balances Sociales; los cuales reflejan los recursos aportados voluntariamente y gastos erogados con el fin de mejorar la situación de su personal, evitar la contaminación ambiental, preservar los recursos naturales, ahorrar energía, garantizar la calidad de los productos o servicios o de contribuir en cualquier proyecto social de la comunidad.
Son conocidas algunas referencias notorias en el campo de la inversión social en Venezuela a nivel de empresas del sector petrolero y bancario; con la finalidad de analizar sus contenidos y facilitar el estudio de su responsabilidad social corporativa, considerando la aplicabilidad del Balance Social como instrumento de medición de sus resultados.
Las bases del Balance Social están definidas en los conceptos de Activos y Pasivos Sociales, partidas que deben estar en equilibrio al igual que los ingresos y egresos. Se definen como Activos Sociales aquellos recursos que posee la empresa (dinero, herramientas, tiempo, personas, etc…) aplicables dentro de ciertos parámetros de posibilidad, a la solución de las necesidades definidas como parte de los Pasivos Sociales, siendo éstos las demandas, carencias, vacíos, compromisos y necesidades definidos dentro de los objetivos sociales a desarrollar o cumplir para un período de tiempo. En la medida en que los pasivos sociales van siendo satisfechos, pasan a formar parte de la propiedad o patrimonio de los sectores beneficiados, en imagen positiva de la organización y en la base de su patrimonio social.
Las necesidades definidas como proyectos a desarrollar por la empresa se convierten en sus Pasivos Sociales y los recursos asignados para ser aplicados pasan a ser sus Activos Sociales. Si los resultados finales obtenidos son mayores que las necesidades previstas se genera un Superávit Social y si por el contrario, los resultados alcanzados están por debajo de las metas preestablecidas se obtiene un Déficit Social.
Las ideas planteadas sirven para entender el Balance Social como una herramienta de gestión empresarial que permite evaluar cuantitativa y cualitativamente el cumplimiento de la responsabilidad social de la empresa en términos de Activos y Pasivos Sociales en sus áreas interna y externa, durante un período determinado y frente a metas de desempeño definidas y aceptadas previamente. Se trata de un instrumento que proporciona la posibilidad de medir y evaluar las satisfacciones e insatisfacciones que se producen en el ámbito social de la organización y que permite a la dirección de la empresa tomar las medidas correctivas necesarias y cambios que debe ejecutar para el logro de sus objetivos sociales, al mismo tiempo que permite comunicar a directivos, empleados, accionistas y terceros de los resultados obtenidos para un período como parte de la ejecución de su plan de responsabilidad social corporativa.
Dr. Miguel Rendueles Mata
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